Mi engreída Josselin

  Josselin siempre fue una niña muy cariñosa, constantemente le pedía abrazos su madre, y besos en la mejilla a mí, su padre. Quería jugar todos los días en el enorme jardín que tenemos, correteando con su faldita que hacía vaivén por el viento mientras ella imaginaba que podía volar, con su muñeca de trapo en un mano mientras decía “¡Vuela más alto!”. Su simpatía le causaba ternura a todos los adultos que la conocían, era como si quieran abrazarla hasta hacerla explotar. Desde pequeña tenía actitudes raras cuando se trataba de mí. Cuando llegaba a casa, ella siempre gritaba “¡Papi!” y venía corriendo a mí sin dejarme cerrar la puerta por completo. Quizás les parezca normal, pero lo raro llegaba cuando intentaba saludar a mi esposa con un beso en los labios y Josselin me interrumpía. Me jaloneaba y me decía “Cárgame papi cárgame” o a veces solo me decía “Ven te quiero mostrar algo que hice” e impedía que saludara a Beatriz, mi esposa. Cuando caminábamos los tres por la calle ta...

Aprovechamos la infidelidad de mi tía para extorsionarla


 

Fui a su casa por la tarde, un lunes muy soledad. Mi primo llamó a mi teléfono para avisarme que se habían quedados solos, otra vez. Salí de mi casa y casi que corrí pues no teníamos mucho tiempo. Al llegar, toqué el timbre como de costumbre, haciendo que Joel, mi primo, me abra. Me saludó con un choque de manos, y me hizo la señal de entrar.

Dentro, lo seguí hacia el dormitorio de su madre, en donde ella estaba arreglándose. Nos quedamos en la puerta un rato antes de entrar, recordando nuestro plan.

-¿Ya sabes que hacer no? – me pregunta con seriedad.

-Si si, tengo las fotos – digo mientras saco mi celular.

-Bien, aquí vamos – dice, abriendo la puerta cierta brusquedad.

Cuando la abrió, encontramos a su madre, mi tía, sentada frente al espejo, peinándose. Al abrirse la puerta, ella giró la mirada rápidamente para ver quién era. Cuando se dio cuenta que éramos nosotros, dijo: ¡¿Qué hacen?! ¡Saben que no pueden entras aquí!

La vimos con seriedad unos segundos, luego pasamos al dormitorio, cerrando la puerta con seguro. Estando dentro, ella nos mira asustada y confundida.

-Sabemos lo que haces mamá – Habla Joel refiriéndose a su madre.

-¡¿Qué cosa Joel?! ¡no puedes estar aquí!

-Sabemos que le eres infiel a papá – le dice Joel.

Inmediatamente saco mi celular y comienzo a buscar las fotos, pruebas de la infidelidad de mi tía. Al encontrarlas, le doy el celular a Joel para que se las muestre a su madre. Él se las muestra, poniendo el celular frente a ella, pasando las fotos una por una. En las fotos se ve a mi tía entrando con otros hombres a hoteles, saliendo de bares… incluso hay una donde ella le hace una mamada a un tipo en un callejón.

Mi tía se queda pasmada, con su pelo húmedo, mojando su bata por salir de bañarse. Con la boca semiabierta, trata de hablar.

-Pe… pero esa no soy yo.

-¡Claro que eres tú! ¡Sabemos que eres tú! ¡Todo el mundo sabe que eres tú! ¡¿Sabes quién no sabe que eres tú?! ¡PAPÁ! – dice Joel gritándole.

-Hijo… yo…

-¡Cállate! – grita Joel – ¡le has dicho muchas mentiras a papá!

En ese momento, Joel me devuelve el celular. Me pongo a revisar las fotos una última vez, sintiéndome mal por mi tío, por lo que le íbamos a hacer su esposa. No voy a negar el hecho de que está muy buena, con esas enormes tetas envidio a mi primo por haberlas mamado cuando fue niño. Okey, sé que eso sonó muy pervertido, pero esta es mi historia.

Yuli, mi tía, se echa a llorar ahí sentada. No como magdalena, solamente a lagrimear por haberla encarado desprevenidamente. Joel se le acercó lentamente mientras ella lo miraba a los ojos ente lágrimas, la coge del mentón diciendo:

-Eres una zorra mamá, papá estará muy triste cuando se entere, no sabes lo enfermo que se pondrá al saberlo.

Y tiene algo de razón, mi tío lleva enfermo hace mucho, esta noticia lo hubiera tirado a la cama. El primer plan fue ese, decirle a mi tío, pero recordamos que la verdad sería peor para él, así que mejor decidimos ocultarla, para nuestro veneficio.

 -Hijo… no fue mi intensión hacerle daño a tu padre… él ya no me toca hace mucho… - dijo entre lagrimeos.

-Lo se mamá, lo se, pero aun así le hiciste un daño, ahora vas a tener que pagar las consecuencias.

Mi tía miró a mi primo confundida, con una lágrima resbalando por su mejilla.

-Por favor no le digas a tu padre – bota lágrimas – él no soportaría esta noticia.

-No le diré nada, mamá, pero vuelvo a repetir, tienes que hacerte responsable de las consecuencias de tus actos.

-¿Pe… pero a que te refieres hijo?

Joel la queda mirando con una mirada profunda, pasando su mano por la mejilla de mi tía, con delicadeza, como si estuviera acariciando a un perrito.

-He visto como le das a amor a esos hombres, eso me hace preguntar ¿Por qué no me da amor a mí? Soy tú hijo, merezco tu amor ¿no creer?

-¿Qué? – pregunta Yuli confundida.

-Mi tío se pondrá muy mal al saber que les da amor a otros hombres, tía – digo mientras me le acerco lentamente – imagine lo que dirá la familia cuando se entere del daño que le hace a mi tío.

Ella nos mira con temor, dándose cuenta de lo que estaba ocurriendo. Se levanta lentamente del asiento, botando lágrimas de temor.

-¿A qué se refieren?

-La veo desde lejos y ¿Sabe? Envidio a los tipos con los que se acuesta. Ver a mi tía semidesnuda cuando vengo de visitar y no poder hacer nada me llena tanta impotencia – digo sin dejar de acercarme.

-¿Qué? – pregunta Yuli entrando en pánico.

-Si… también envidio a esos hombres mamá – dice mi primo – creo que ya es hora de que les amor a tu hijo.

En ese momento, la agarra del brazo con brusquedad, haciendo que se queje por eso. La levanta y la tira a la acama, haciendo que su bata se alce un poco, mostrando parte de sus enormes piernas de modelo. Su pelo se despeina un poco, soltando pequeñas gotas de agua que caen sobre el brazo de mi primo. Ella levanta la mirada con desesperación estando en la cama, moviendo la mirada de izquierda a derecha, viéndonos y tratando de entender lo que está pasando.

-¡¿Qué estás haciendo Joel?! – grita mi tía.

Joel se le acerca lentamente, estirando la mano para tocar la pierna de su madre. Le coge el pie, la punta del dedo gordo en el pie específicamente, pero ella lo mueve rápidamente para atrás.

Por mi parte, me le voy acercando a mi tía por la parte de atrás, lado derecho de la cama. Ella se da cuenta, moviéndose con temor hacia la cabecera de la cama. Joel y yo nos acercamos por los dos lados de la cama, encerrándola y dejándola sin escapatoria.

-¡¿Qué es lo que quieren?! – pregunta Yuli con desesperación, entre lágrimas.

-Eres una puta ¿no? Pues vamos a tratas como una.

Rápidamente, Joel coge el tirante de la bata, desenredado el nudo y tirando de ella para quitársela. Ayudo a mi primo, sosteniendo a mi tía de los brazos para evitar ser golpeados.

Joel logra quitarle la bata, dejándola desnuda, con tetas al aire, dejando ver su delicioso cuerpo blanquiñoso. Durante año estuve tentado a manosear ese enorme trasero, cuando pasaba en frente mío en las fiestas navideñas, y ahora que lo tengo conmigo, no dejaré pasar el momento.

Cuando le quitamos la bata, Yuli comienza a gritar desesperadamente. Joel le tapa la boca, esquivando los pataleos de ella.

-¡Cállate zorra! – susurra Joel muy furioso – si nos escuchan será peor para ti. Le contaremos todo a papá si no coperas.

Ella sigue llorando, con la mano de Joel en la boca, intentando hablar.

-Ya afloje tía, será peor si se resiste, hágalo pensando en mi tío – digo mientras le sostengo los brazos – además, usted ya es puta, le gusta la pendejada, nosotros solo le vamos a dar placer.

En cuanto nombro a mi tío, junto con su infidelidad, ella se logra tranquilizar un poco. Su respiración es fuerte, con lágrimas bajando, pero ya no intenta gritar, ni patalea ni manotea.

Joel le quita la mano de la boca lentamente y, una vez que nos damos cuenta que no hará nada para evitar que nos aprovechemos, se empieza a desabrochar el pantalón. Yo aun se sostengo sus brazos por si quieres intentar huir o algo por el estilo.

Mi primo se desabrocha el pantalón con rapidez, tirando fuertemente de la correa para quitársela. Al desabrocharse, se baja los pantalones hasta las rodillas. Por la brusquedad al bajarse los pantalones, su pene sale rebotando del bóxer, dejando ver lo erecto y venoso que ya la tenía.

-Joel, por favor, soy tu madre, ¿Cómo puedes hacerme esto? – dice ella entre lagrimeos.

-No me salgas con hipocresías mamá – se coge el pene, comenzando a masajeárselo – tú le haces lo mismo a papá – se masturba mientras la mira a los ojos con furia.

Yuli intenta cerrar las piernas para evitar ser penetrada, pero Joel es más fuerte, así que las abre, dejando ver el coño de mi tía. Mi primo coge su verga y pasa el glande entre los labios de mi tía.

-Que seca que estás mamá, apuesto que cuando otros te cogen no eres así – dice Joel.

Escupe en su mano, llevándola donde al coño de madre la lubricarla bien. Vuelve a escupir una segunda ver, esta ver directamente el coño de ella, y empieza a jugar con sus labios, tocándolo y clítoris y circulando con los dedos sobre este.

Ella trata de liberarse de nuestras manos, tratando de moverse y retorcerse para dificultar nuestro trabajo. Joel esta entre sus piernas, sosteniendo una para evitar que esconda su coño, mientras la otra un puede hacer nada por el peso de él.

Cuando lubricó bien sus partes, volvió a pasar al glande por la entra de su madre, llevándolo de arriaba abajo, lentamente. Una vez, habiendo pasado un buen rato jugando, Joel empujo suavemente su pene en la vagina de ella. Pude ver como la puntita entro de golpe, mientras que el tronco entraba lento, se tomaba su tiempo.

Mi tía dio un pequeño grito al sentir como entraba, cerrando los ojos para no pensar en el dolor. Yo no dejaba de ver como el pene de Joel entraba en el coño de Yuli.

Al estar dentro, completamente, empezó a bombearla lentamente, sosteniendo ahora sus dos piernas. Movía su pelvis de atrás para adelante lentamente, disfrutando del placer de coger con su madre.

-Si que eres puta mami – dice Joel concentrado en las embestidas.

Yo miro como la penetrando mientras sus senos se van moviendo ligeramente con casa embestida, viendo las lágrimas de mi tía caer por su rostro, intentando no gemir. Mi verga se endurece dentro de mis pantalones al ver tal situación, disfrutando del cuerpo de mi tía, de sus pechos, de sus piernotas, de su sexi cintura, esa mujer me encantaba.

Llegó un momento en que a Joel le dio calor, entonces, dejó de bombear para quitarse el polo, dejando la verga dentro de Yuli para evitar que cierre las piernas. Al quitárselo, comenzó a penetrarla con más libertar, con más facilidad pues mi tía ya estaba empapándose de su flujo por las embestidas de su hijo.

Joel empezó a bombearla desesperadamente, como si estuviera cogiendo con una prostituta a la que le pagas por tiempo y aprovechas para tener un buen sexo salvaje. Mirar como los senos de Yuli iban de tras para adelante por lo brusco que era su hijo, haciéndola gritas de dolor.

-Ehh primo, te toca – dijo mientras repentinamente dejaba de bombear.

-Uy primo, no aguantaba, mi pantalón ya iba a explotar – digo mientras me voy metiendo, con cuidado de que no se escape, entre las piernas de mi tía mientras Joel iba saliendo.

Él pasaba al lado izquierdo de mi tía para sostenerle los brazos, como yo lo hacía, la diferencia es que él estaba completamente desnudo.

Una vez colocado entre las piernas de mi tía, me desabroché el pantalón rápidamente, bajándomelos, sacando mi verga de golpe y comenzar a jugar con la vagina de tía. Ella seguía lagrimeando mientras decía “por favor no”. Eso solo me incitaba más a seguir.

Antes de meter mi pene en su vagina, di pequeños, pero rápidos, golpecitos sobre el clítoris, sonando “pla pla pla” por la cantidad de humedad hay, dejando bien baboso mi pene. Una vez lubricado, arremetí contra la vagina de tía, haciendo que mi verga resbale al entrar.

Embistiéndola, ella lagrimeaba mientras le hablaba a su hijo:

-¿Por qué haces esto hijo?

-Porque eso se les hace a las zorras como tú mamá. Si quieres ser puta está bien, pero será MI puta – decía, mirándola a los ojos y haciendo presión sobre sus muñecas.

Mientras yo la bombeaba, iba tocando los senos de ella, pasando mi mano por sus piernas tonificadas, hasta llegas a los pechos, en donde jugaba con sus pezones, apretándolos un poco. Luego subía a su cara, en donde comenzaba a darle pequeñas cachetadas para alimentar mi morbo.

-Que rica está tu mamá, primo – decía mientras la cogía.

-Disfrútala primo, no siempre existirán estos momentos.

-Espero que si primo, quiero seguirme cogiendo a esta preciosura.

Sigo bombeando a mi tía con rapidez, en eso, Joel suelta una muñeca para coger su verga y empezar a masturbarse. Se empezó a masturbar en la cara de mi tía, viendo como me la cogía y jugaba con sus pezones.

Con la otra mano, él agarró la el cabello de mi tía, no con tanta brusquedad, para acercarle la verga a la boca.

-Quiero que lo chupes mamá, hazlo – decía mientras intentaba metérselo en la boca.

Ella intentaba girar la cabeza para evitarlo, pero Joel la tenía bien agarrada del cabello. Intentaba hacerlo para atrás con sus manos, empujando la pelvis de él para impedirlo, pero era más fuerte, y éramos dos.

Sin dejar de cógela, agarro una de sus muñecas, mientras que Joel agarra la otra. Va acercando su verga a la boca de su madre, intentando que la mames. Ella giraba la cabeza de un lado a otros mientras gritaba “no porfavor noo”. Él la jaloneaba del pelo para evitar que se mueva tanto.

Soltó su verga, dejando su mano libre para la cara de Yuli por el mentón, apretando los cachetes para que abra la boca.

-¡Trágalo puta trágalo! – gritaba mi primo.

Fue tanta la presión que hizo en las mejillas que terminó por abrir la boca, no mucho, y dejando que meta su verga en ella. Joel, una vez tendida su verga, comenzó a mover la pelvis, cogiendo la boca de su madre.

Ella se atragantaba, haciendo arcadas por tener la verga de Joel mucho tiempo en su garganta. Llenaba de baba la verga de hijo, haciendo que este la vuelva a meter y sacar, obligándola a succionar toda la baba de su verga

Entre lágrimas y quejas, mi primo y yo cogíamos con su madre, haciéndola pagar por hacerle daño a mi tío, al padre de Joel. Continuemos así por varios minutos, sin parar, sin dejar de maltratarla, al punto de venirnos en ella.

La estaba bombeando bruscamente cuando, fugazmente, me vino dentro de ella. Sentí mi verga expulsar borbotones de semen por todo su coño. Jadeaba de cansancio y de placer, sintiendo como mi verga se recogía dentro de su coño. Joel por su parte, era tan rápida la mamada que le obligaba a hacer, que terminó corriéndose en la boca de su madre. La llenó completamente de semen, haciendo que ella lo escupe sobre su cuerpo, sobre la cama.

Me recosté unos minutos al lado de las piernas de mi tía. Ella sollozaba, tratando de cercarse las lágrimas.  Joel se vestía mientras me decía “oye primo, mi viejo vendrá en cualquier momento, vístete rápido”. Hice caso y me paré para subirme los pantalones, era lo único que me había quitado.

Antes de salir del cuarto, Joel amenazó a su madre:

-Si quieres hablar pues adelante, pero ten en cuenta que haré públicas las fotos, así que calladita nomás. Ah, por cierto, esta no será la última vez que aparezcamos por aquí.

Después de eso, salimos del cuarto, dejándola en la cama, sollozando, vistiéndose. Mi primo me acompaño a la salida, a pesar de que me quería quedar, no podía pues mis visitas no son muy comunes, mi tío sospecharía que algo andaba mal. Osea, sospecharía de mi pero no de su esposa o hijo, que estúpido suena ¿no?

-¿Y primo? ¿Cuándo te darás una vuelta? – me pregunta Joel.

-Pues otro día que tengamos privacidad como hoy, primo en serio me gusta tu mamá, quisiera repetir lo de hoy.

-No te preocupes primo, yo te avisaré la próxima, pero tienes que venir corriendo pues.

-Si si primo, hablamos luego – digo mientras nos despedimos con chuque de manos.

Desde ese día nos hemos aprovechado de mi tía siempre que queríamos, cogiéndola en su cuarto, en la sala. Incluso, una vez la cogimos mientras mi tío dormía en su cuarto, ese día se diría que fue el más arriesgado de todos, casi nos descubren.

Pero, sin duda, el más memorable momento fue para el cumpleaños de mi primo, no Joel, si no otros primo, en donde toda la familia fue, incluida mi tía. Pero si quieren saber esa historia, van a tener que hacérmelo saber, igual, muchas gracias por leerme.

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