Todos los años íbamos a casa de mi tía Blanca para pasar navidad en familia, siendo específica, la familia de mamá. Cuando mis padres se divorciaron, mi madre ganó nuestra custodia, la mía y la de mi hermana, y desde entones no hemos vuelto a ver a ningún familiar de papá. No estoy triste por eso, cuando pasó éramos muy pequeñas, apenas pudimos fraternizar con nuestros primos por parte de papá, caso contrario con los primos por parte de mamá.
No se como pasan navidad en sus países, pero acá en donde vivo, la tradición es quedarnos despiertos hasta las 12 de la noche, en noche buena, y cenar un enorme banquete con toda la familia. Durante toda la tarde se cocina el banquete familiar, incluso gran parte de la noche en algunos casos cuando se hacen tarde, mientras los otros familiares, quienes no tienen habilidades culinarias, se sientan a conversar y a beber unas cervezas o un poco de vino mientras llegan las doce para comer.
En la tarde, la casa se llena del aroma delicioso de la chocolatada caliente que hierve sobre la llama alta en la cocina. El olor llega a todos los rincones de la casa, saliendo desde la cocina hasta la sala en donde todos los tío y tías ríen y beben, subiendo las escaleras de la casa, pasando por los cuartos en donde los diferente primos y primas juegan, llegando hasta el cuarto en donde Brando, mi primo, me coge como una puta a la que se ah pagado.
Mientras el resto de nuestros primos, que no son pocos, están en los otros cuartos conversando o haciendo otras cosas, Brando y yo cogíamos en el cuarto de mi tía Blanca después de habernos escabullido de la multitud. Me tenía en cuatro al borde de la cama, con el pantalón jean y la braga abajo, dejando mi coño y mi culo al descubierto mientras el mueve su pelvis de atrás a adelante para que su verga entre y salga de mi coño humedecido.
Tenía que gemir en voz baja para que los primos pequeños, quienes se les escuchaba correr por el pasillo, no oyeran a su prima gemir mientras se la cogen. Trataba de taparme la boca poniendo todo mi rostro sobre la cama mientras mis manos se aferraban a la sábana con fuerza, pero se me dificultaba cuando Brando empezaba a tirar de mis pelos para cogerme con ímpetu. Sentía como mi nalgas rebotaban por el esfuerzo que le ponía Brando al cogerme, a tal punto de hacer que su mete saca suene estruendosamente, era genial.
Comencé a coger con Brando muchas navidades atrás, cuando terminábamos la pre adolescencia. Yo siempre fui una chica muy libidinosa, desde que descubrí que puedo hacer con mi cuerpo. Hice muchos novios con los que tenía sexo frecuente, en mi casa o en la casa de ellos, un hotel ni hablar por obvias razones. Que puedo decir, me volví adicta. Cada dos días, cuando mamá nos dejaba solas a mi y a mi hermana para ir a trabajar a la constructora, yo llamaba a uno de mis novios para que llegara a cogerme. Lo metía a mi cuarto y nos encerrábamos toda la tarde hasta la noche en que mamá llegara.
Mi hermana sabía lo que hacía, por eso tuve que sobornarla con parte de mis propinas para quedarse callada, no solo cuando metía chicos a mi cuarto, también para no decirle a mamá a donde me iba cuando salía con "mis amigas". Prácticamente pagaba para coger con libertad, que injusticia.
Me gustaba tener a un hombre entre mis piernas mientras su verga está dentro de mí, era como si mi vida se basara en coger cada vez que podía. Tandas tardes cogiendo, tandas vergas dentro de mí, me volvieron aun más adicta de lo que ya era.
Ir a casa de mi tía Blanca, que estaba muy lejos de la ciudad, no solo implicaba quedarse a dormir para pasar la navidad, también implicaba quedarnos una semana para pasar más tiempo en familia. Ser una pequeña adicta al sexo y tener a tus primos cerca, primos que comenzaban a desarrollas sus músculos, es un problema del que no te puedes salvar fácilmente. Así es como cogí con Brando el tercer día en la casa, y claro, una oportunidad con una chica así de buena como yo era un regalo para él. Somos familia, imagino que nuestra sangre es caliente.
Gracias al negocio inmobiliario de mi tía, que hizo que pueda comprar la enorme casa con muchas habitaciones, Brando pudo cogerme mientras el resto de la familia pasaba el rato en la piscina con el enorme jardín en la parte trasera de la casa. Tan solo se me acercó, entrando a la habitación que compartía con mi madre y mi hermana durante la estadía en la casa, con juegos tontos y pequeñas risas junto con una sonrisa mañosa que quizás, y solo quizás, pudo despertar mi calentura.
Yo estaba semidesnuda, con una toalla al rededor de mi cuerpo por lo mojada que estaba después de haber salido de la piscina. Trataba de buscar algo para ponerme y bajar con la familia a seguir pasando el rato, pero Brando se metió en mis planes.
Cuando se me acercó, me asustó por detrás, haciendo que me estremezca y de un pequeño grito. Volteé rápidamente para ver de que se trataba, dándome cuenta que era Brando jugándome una broma. Le di un pequeño manotazo entre risas pues a mi también me había parecido graciosos.
-¡Eres un tonto! - le dije mientras me acomodaba la toalla para evitar que se me caiga.
-Lo siento jajaja vi la oportunidad y solo la aproveché - dice mientras ríe entre dientes.
-Ajam, sí, ¿Por que me seguiste? - pregunto mientras volteo hacia mi maleta para seguir buscando alguna prenda.
-La cosas está aburrida ahí abajo, solo quería ver que hacías. Aun que valió la pena seguirte jajaja-
-Tonto, déjame, tengo que cambiarme - digo mientras volteo a mirarlo con unas bragas en la mano.
-¿Para que? Si con ese bikini te ves bien prima - dice mientras tira del nudo de la toalla para quitármela y dejarme con la ropa de baño. Al coger la toalla rápidamente, la lanza lejos y se hecha a reír.
-¡Brando no! ¡Hace frío! - digo mientras me intento tapar con las manos entre risas.
Comenzamos a reírnos mientras yo intento correr por la toalla que había caído cerca de la puerta, pero Brando me atrapa en sus brazos eh impide que vaya a cogerla. Intento zafarme para no morirme de frío, pero Brando resulta que es más fuerte de lo que aparenta. Entre risas me va empujando lentamente hacia la cama, fácilmente pues mis pies resbalaban en el suelo por el agua que mi cuerpo había estado chorreando.
Después de una rato de jaloneos y empujones, llegamos hacia la cama en donde mi hermana y yo dormimos. Mis pies chocan con el borde la cama, haciendo que resbale y caiga de espaldas contra esta. En un intento de salvación desesperada, agarro a Brando del polo para evitar caerme, pero eso hace que caiga conmigo, quedándose arriba de mí.
Su rostro queda frente al mío, incómodamente porque todo su peso estaba sobre mí. Eso causo que nos comenzamos a reír desenfrenadamente, haciendo que lleve su cabeza al costado de la mía para evitar contacto visual. Casi por instinto, mis brazos rodean su cuerpo mientras que lentamente voy abriendo las piernas para que su peso no se me sea tan incómodo. Mis piernas rodearon su cintura, abrazándolo ligeramente, sintiendo sin querer su bulto.
Levantó su rostros por encima del mío mientras dejábamos de reír, quedándonos en silencio y con una pequeña sonrisa en nuestras caras. Sentí como sus manos, que se apoyaban sobre la cama, empezaban a tocar mi cuerpo lentamente mientras nuestros rostros comenzaban a perder la gracia del momento.
Tenerlo encima de mí cambió toda la situación, por completo. Sabíamos que habíamos despertado el calor en nuestros cuerpos, ese calor que durante tantas navidades privamos de florecer, y como un acto del destino, tuvimos la oportunidad de dejarnos llevar y dejar atrás nuestras inhibiciones.
Acercó sus labios lentamente a los mío, abriendo la boca ligeramente mientras una de sus manos iba abajando por una de mis costillas, dirigiéndose a tocar mi muslo con morbo. Cerré mis ojos lentamente mientras alcanzaba a ver como él también cerraba los suyos. Mis brazos apretaron más su cuello a la par que acercaba su rostro al mío. Y cuando todo estaba oscuro, cuando solo sentía su peso sobre mí, siento como mis labios chocan con los suyos ligeramente, comenzando un morreo del que no quería salir.
Nuestras lenguas comenzaban a bailar dentro de mi boca, cada vez más rápido por la desesperación de coger de una vez. Al sentir su bulto crecer entre mis piernas, hizo que mi coño comenzara a humedecerse rápidamente, haciendo que mi pelvis se levante un poco, haciendo presión contra su verga erecta dentro de sus pantalones. Le mandé una señal, una señal de excitación, claramente le di a entender lo caliente que estaba con ese empujón.
Dejó de besarme y alzó su cuerpo, dejándome ver su enorme bulto a punto de explotar. Se desabrochó rápidamente el pantalón y se lo bajó un poco, pero lo suficiente, dejando salir su verga erecta y venosa. Para tener la edad que tenía, se le había desarrolla muy bien.
Con su otra mano, hizo a un lado la braga. La parte que cubre mi vagina. Escupió en sus dedos, dejando caer un poco de su baba sobre mi estómago, y comenzó a masajearse la verga sin dejar de ver mi cuerpo. Yo no dejaba de mirar su verga y lo brillante que se ponía por su baba. Una vez la lubricó bien, se volvió a recostar sobre mí y, al estar encima otra vez, se agarró la verga y comenzó a pasarla por mi coño. Era como si supiera que era lo que me gustaba.
Mis brazos volvieron a rodear su cuello mientras él acercaba su cara hacia la mía para volver a besarme con pasión. Al meter su lengua en mi boca, fue metiendo su verga lentamente en mi coño, haciendo que sienta como me va abriendo los labios lentamente, haciendo que gima un poco y abra la boca de placer. Su pene ahora estaba dentro de mí, por completo, al sentir esto, comenzó a mover su pelvis de arriba abajo, haciendo que me moje aun más de lo que ya estaba. El mete saca hacía que gimiera en voz baja, así para evitar que nuestros parientes, que aun siguen en la piscina, no nos escuchen.
-Ay Brando, esto está mal, somo primos - digo entre gemidos.
-No no, prima no nos van a escuchar.
-Brando como puedes hacerme esto ahhhh eres como mi hermano.
-Perdón prima, te veía como te mojabas en la piscina y no pude evitar seguirte. Sabía que nos íbamos a quedar solo - dice sin dejar de meterme su verga.
-Te pasas primo ahhh le diré a mi tía.
-Dile si quieres, pera la cogida nadie te la quita.
Me excitaban sus palabras, hacían que esté más cerca al clímax. No podía evitar gemir a pesar de contener mi respiración, sus embestidas hacían que mis pechos reboten por dentro de mi sostén, no podía controlarlas.
Estábamos entre morreos y embestidas tan intensas que nos olvidamos que nuestros parientes que estaban en la piscina, hasta que se escuchó una puerta cerrar en el primer piso.
Brando sacó su verga rápidamente y corrió hacia la puerta mientras se metía el pene dentro de los pantalones. Por mi parte, me paré rápidamente de la cama y también corrí hacia la puerta para coger la toalla y cerrarla sin que nadie escuche para que, cuando subieran, piensen que todo el tiempo estuve con la puerta cerrada.
Mi corazón latía muy fuerte en ese momento, pensé que nos habían descubierto, y el enorme bullicio en el primer piso no me ayudaba en nada. Para mi suerte, solo estaban eufóricos porque pedirían pizza para la cena.
intenté cambiarme rápidamente, pero mi hermana y mi madre subieron rápidamente a cambiarse. También se habían metido a la piscina. Les abrí la puerta toda nerviosa, y rápidamente entraron.
-Rápido chica, nos morimos de frío - dijo mi hermana con una toalla al rededor de su cuerpo.
-¡Ni te has cambiado aun! - dice mi madre - ¿Qué estuviste haciendo todo este tiempo entonces?
-Buscando que ponerme - digo con timidez.
-Pero que vanidosa es tu hija madre - dice mi hermana.
Mientras las tres nos vestíamos, no dejaba de pensar en lo que habíamos hecho Brando y yo. Esa conciencia que te dice lo pecadora que eres salió para molestarme durante lo que quedaba de tarde. Me sentía como puta. Se que soy un, pero hay límites que nunca se tiene que cruzar para evitar conflicto morales como el que tenía en ese momento.
Llegó la noche y llegó la pizza. Durante la "cena" toda la familia estaba hablando y riendo al rededor de la mesa, otros parados cerca de la cocina pues no entraban en la mesa, irónicamente pues a mi tía le alcanzó para comprarse una enorme casa y no una enorme mesa.
Yo comía en silencio mientras que Brando fungía que nada había pasado, aun que se le notaba cierta incomodidad cada vez que me miraba de reojo. Podía darme cuenta que me miraba constantemente, como esperando una reacción mía, quizás una sonrisa o algo así, pero no le daría el placer.
Así pues pasamos la noche. Luego de la cena, nos separamos, algunos fueron al patio para beber algunas cervezas, otros se quedaron en la sala conversando y viendo tv, los primos pequeños corrían por toda la casa, etc etc. Yo me fui a mi habitación pues estaba muy cansada, la piscina te agota, cerré mis ojos y caí como una piedra. Dormí tan profundo que ni sentí cuando mi hermana y mi madre entraron a la habitación también para dormir.
Me desperté en plena madrugada, mientras todos dormían. Podía ver la luna a través de mi ventana, con un haz de luz entrando por esta. Aproveché ese momento para bajar a la cocina, estaba muy sedienta.
Cogí mis pantuflas y bajé en pijama, con mis brazos cruzados por el frío y sin hacer ruido para no despertar a los demás que dormitaban con sus pequeños ronquidos. Pasé por el pasillo hasta llegar a las escaleras que llevaban al primer piso, bajé los escalones en silencio y, a medida que iba bajando, escuchaba un ruido extraño que me resultaba familia, con rapidez pude recordar en que momento había escuchado ese ruido continuo y pegajoso. ¿Pegajoso?
Al bajar, miré la cocina a lo lejos pero solo podía ver el refrigerador de dos puertas color metal cromado. Giré hacia la sala pero tampoco logré ver algo. Avancé un poco para dirigirme a la cocina, ignorando ese ruidito. Di cinco o seis pasos antes de ver lo que me dejó boquiabierta. Giré mi mirada hacia el comedor que estaba semi metido en un rincón de la casa y vi lo que te estaban imaginando desde un comienzo, encontré a mi tía Fany con su esposo Cristof, padres de Brando, cogiendo en la mesa familiar en donde comemos la mayor parte del tiempos.
Mi tía estaba acostada en la mesa con las piernas abierta al borde de esta, mientras mi tío metía y sacaba su verga de la vagina de ella a su antojo. Su blusa estaba abierta por el escote, dejando ver sus senos moverse con cada embestida. Mi tío, por su lado, tenía los pantalones abajo mientras se veía sus labios, y parte de su mentón, humedecidos, dando a entender que le había estado chupando el coño a mi tía. Se escuchaba la mesa rechinar un poco, casi nada. Veía como la verga de mi tío estaba empapada con el flujo de mi tía.
Rápidamente me coloqué el pie de las escaleras y me arrodillé para que no pudieran ver. Mi corazón comenzó a latir rápido y mis nervios emanaron otra vez, estaba paralizada. Nunca había visto a mi tía Fany en ese estado, gimiendo entre sientes y agarrando una de sus piernas por encima de sus tetas para abrirse más el coño, mientras veía como su marido la penetraba desenfrenadamente. Mi tía Fany es una de las más educadas de la familia, perecía otra persona ese día.
Comprendí el atrevimiento de Brando cuando me cogió en la tarde, de tal palo tal astilla. No los culpo, estar uno semana lejos de la comodidad de su casa vuelve loco a cualquiera. Incluso yo que llevo las ganas desde el primer día pues, antes de venir, no tuve tiempo de coger.
Veía a mis tío coger desde lejos, sus gemidos, sus movimientos, escuchaba y veía todos con una clarisas estupenda. Poco a poco fui imaginando el placer de mi tía, esa sensación de la verga de un hombre entrando en ti, una lengua circulando mis senos, todo. Mi mente voló, tratando de ponerse en los zapatos de tía y preguntarse ¿Cómo se sentirá la verga de mi tío?
Mientras veía a mi tía, veía la verga de mi tío entrar y salir rápidamente de ella. Poco a poco me fui excitando, tocando mis senos lentamente sin dejar de verlos. Mi morbo estaba invadiendo mi mente, mi cuerpo se ponía caliente, y justo antes de meter mi mano dentro de mi vagina, esa conciencia moral que te dice "esto está mal" brotó en mi mente. Paré bruscamente y me pregunté ¿Qué estoy haciendo?
Escuché una silla moverse, eso hizo que rápidamente me esconda en las escaleras. Pensé que me había visto, pero no era así, solo se estaban acomodándose pues había terminado. Esa fue una alerta para subir con rapidez las escaleras, sigilosamente. Caminé por el pasillo rápidamente hasta llegar al cuarto que comparto con mi madre y hermana, me acosté con mi hermana, tapándome de pies a cabeza por el frío y por el miedo de ser castigada por hacer espionaje a altas horas de la madrugada.
Por la mañana, desperté con un ligero dolor de cabeza y mucha sequedad en mi garganta, recordando que no pude beber agua por mis tíos y su escena de sexo en el comedor.
Me paré y me arreglé un poco al verme en el espejo del cuarto. Bajé las escaleras, caminé a cocina, cogí un baso enorme y lo llené hasta el tope de agua que bebí sin parar. Mientras bebía, escucho a mi madre decir: "hija, ven, estamos desayunando en al comedor". Al terminar de saciarme, hice caso al pedido de mi madre y fui hacia el comedor, con gotas de agua que me habían resbalado por mi mentón hasta caer en mi pijama.
Al llegar a la mesa, veo a la mayoría de mi familia comiendo sobre la mesa en donde mis tíos, esa noche, habían estado cogiendo con brusquedad. Alcé mi mirada un poco y miré a mi tía Blanca desayunando su jugo de naranja con su pan tostado, algunas salchichas y un poco de mermelada sobre el pan tostado. En ese instante, mi mente me puso un flashback sobre mi tía circulando su clítoris con rapidez y brusquedad, mientras mi tío la penetraba desenfrenadamente.
-Tu tía Fany se irá hoy, será el último desayuno con ella y su familia - dijo mi madre.
Si se largaban hoy ¿No se pudieron aguantar las ganas una noche más?
-Imagino que se te antojará pan tostado con naranja - dijo mi madre
No madre, quiero un enorme chorizo, por favor.
-Comí demasiada pizza anoche, no tengo tanto apetito como aparento - dije mientras me regresaba a la cocina.
-Igual te guardaré comida por si te da hambre - habló mi madre.
Mis pensamientos se dividieron en dos al saber que Brando y su familia se iban ese día. Por un lado quería que se vaya para evitarnos momentos incómodos después de lo que pasó, por otro lado, quería que se quedara para terminar lo que comenzamos. Era claro que estaba desesperada, y digo... ¿Quién no lo estaría después de lo anoche? Pareciera que vivé una película porno barata.
Al terminar de desayunar, la familia de Brando se preparó para irse. Me quedé en el segundo piso, en los cuartos, para evitar despedirme de Brando. Muy a pesar de que lo quería entre mis piernas, no quería una escena incómoda para ninguno de los dos, me ahorraba vergüenza.
Fui al cuarto de mi tío Josef, cuarto que compartía con sus dos hijos, dos años mayores que yo, y su esposa para poder ver la partida de Brando. Ese cuarto daba hacia la entrada de la casa. Podía ver como Brando y mi tía Fany se despedían de la familia mientras que Cristof, su padre, metía las maletas en su camioneta.
-Nos gustaría habernos quedado más tiempos, pero Cristof tiene que trabajar al igual que yo - dijo mi tía Fany mientras sonría - Nos estaremos viendo pronto.
Eso es una mentira, casi nadie tiene contacto con los otros familiares por el resto del año, no porque se odiaran, al contrario, se aman, el problema es que están tan preocupados por hacer dinero que quedan desbordados por el trabajo. Tengo una familia un poquito ambiciosa, pero gracias a ellos podemos vivir estos lujos, no me quejo.
-Espero te quedes más tiempo el otro año, hermana - dijo mi tía Blanca.
-Prometo quedarme toda la semana el año que viene, pero tu sabes como es el mercado bursátil, incluso a Cristof lo tiene cansado - dijo mi tía Fany.
Me alejé de la ventana por un momento para que Brando no me viera desde abajo. No quería que sepa que lo iba a extrañar, traté de ser lo más fría posible en ese momento, aun que muy dentro mí florecía el recuerdo de él entre mis piernas, de su mirada penetrante y sus respiración profunda eh intensa en el día que lo hicimos.
Caminé por el cuarto unos metros, pisando las lozas fría con los pies descalzos, yendo al rededor de la cama en donde dormían mis tíos para, después de unos segundos, caer bruscamente sobre esta. Al estar acostada, recordé el rebote rápido de la verga de Brando al sacársela del pantalón, cogiéndosela y pasándola por la entrada de mi coño para humedecer la punta. Luego recordé la sensación de su verga entrando lentamente en mí. Cerré los ojos para recordar a detalle como me abría los labios mientras su verga se deslizaba en mi agujero, entrando hasta los más profundos y empapándose con mi flujo por lo excitada que estaba.
Acostada en la cama, lentamente fui deslizando mi mano por mi abdomen hasta llegar a mi coño. Abrí las piernas ligeramente para que mi mano pudiera sobar con suavidad mi coño por encima del short mientras recordaba a Brando y a sus padres. Sus padres, cogiendo sobre el comedor en plena madrugada. Era un delicia como Cristof penetraba a mi tía, haciendo que los senos de ella se muevan de arriba abajo como huevo sobre sartén.
Mientras recordaba eso, llevé mi mano a mi boca y lamí mis dedos, empapándolos con mi baba, y luego fui metiendo mi mano por dentro del mi short para llevar a mi coño. Una vez dentro, comencé a circular mi clítoris rápidamente mientras que, con la otras mano, me agarra un seno, apretándolo mientras me retorcía de placer.
Sentí como mis dedos fueron empapándose a medida que pasaban los segundos, curvando un poco mi columna por el placer que me daba. Me mordí los labios y metí la otra mano dentro de mi blusa para pellizcar mis pezones y estirarlos para mejorar el momento. Y mientras lo hacía, imaginé una escena morbosa en donde yo era mi tía Frany, y Brando era su padre, Cristof.
Mis dedos comenzaron a penetrar mi coño a medida que imaginaba como Brando me cogía sobre el comedor. Con mis pechos al aire, yendo de arriba abajo por las embestidas que me daba. Estaba a punto de venirme, tanto en mi imaginación como el la vida real, cuando de la nada, una voz varonil entre en mi oídos.
-¿Que haces?
Al oírla, rápidamente quito mi mano de entre mis piernas y abro los ojos con espanto. Mi corazón late con rapidez, mi sangre fluye por mi vena como gasolina en carro a toda marcha, mi respiración se acelera mientras que trato de sentarme sobre la cama.
Continuará...
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