La botella giraba sobre la cama de Sara, ralentizándose con cada giro hasta parar de golpe. La boca de la botella quedó señalándome mientras que la parte inferior quedó señalando a Amanda. Por regla general, la boca de la botella manda, entones le puse un reto a Amanda, un poco zarpado para hacer el chiste.
-Tienes que besar a Sara en la boca - dije con pequeñas risas de inocencia.
-Como quieras, cariño - dijo, sonriéndole a Sara y acercando su rostro al de ella.
Pensaba que se detendría a pocos centímetros del rostro de Sara, pero no, siguió hasta casi chocar con sus labios. Mi cerebro también pensó que Sara haría el rostro a un lado para evitar que Amanda la bese, inocentemente pues no sabía que Sara era del mimos bando que Amanda.
Comenzaron a besarse frente a mí, quedándome paralizada por lo que veía, mis dos amigas disfrutando de un beso lésbico y caliente que yo propuse, como juego. Nunca pensé que fueron lesbiana, muchos menos que harían esa clase de cosas entre ellas, ahora entiendo porque eran muy buenas amigas, después de todo, nunca las vi salir con un chico o algo así.
Mientras se besaban, Sara puso su mano sobre el rostro de Amanda, mientras que ella pasaba su mano por la cintura de Sara. Dando a entender que era consentido, que de alguna otra forma, las dos sabían que pasaría.
Mi corazón empezó a latir fuertemente, como si quisiera salir corriendo de mi pecho, yo quería salir corriendo. Era la primera vez que veía a dos mujeres besándose, o al menos a tan escasos centímetros de mí. Era como un mundo nuevo el que veía. Escuchaba los besos a la distancia, junto con los manoseos que empezaban a intensificarse a medida que pasaban los segundos, escuchaba sus lenguas jugar dentro de sus bocas.
Con pasión y calentura, Sara, posó su mano en los pechos de Amanda, comenzando a apretarlos suavemente junto con la intensidad de los besos. No podía creer lo que estaban haciendo, no podía creer el momento lésbico por el que estaba pasando. Yo y mis retos estúpidos, siempre tengo que meter la pata donde no debo.
Me paré de la cama suavemente para que no se dieran cuenta, pero aun así lograron sentir mis movimiento, dejando de besarse y mirándome con una pequeña sonrisa en sus rostros.
-¿Que te pasa? - pregunta Amanda con un ligero sarcasmo en sus palabras.
-¿Que están haciendo? - pregunto con miedo e incertidumbre.
-Pues cumpliendo tu reto querida, ¿o acaso no te acuerdas que tu misma me lo propusiste?
-Pues sí... pero no pensé que lo harías en enserio.
-Baaa, eres tan inocente chica - ríe un poco - incluso más de lo que yo pensaba.
-Anda Danna, siéntate un rato - dice Sara - hay que seguir jugando un rato más.
Con miedo, con ganas de salir corriendo, me quedo paralizada sin saber que hacer. Ella se me quedaron mirando tranquilamente esperando una respuesta, esperando a que cediera sus pedidos.
-No debería - digo con miedo.
-¿Por que? - pregunta Amanda con una pequeña sonrisa en su rostro - ¿Eres homofóbica?
-Claro que no, es solo que...
-¿Que? - pregunta Sara mientras se va parando de la cama, dirigiéndose lentamente hacia mí.
Me pasé la baba que tenía en la boca, repetidas beses, demostrando mi miedo involuntariamente. Ellas se dieron cuenta de eso, aprovechándose pues saben que soy débil bajo presión.
Mi parálisis mental hizo que no actuara ante el acercamiento brusco de Sara, solo me quedé mirando como ella me tomaba de la mano diciendo "no tengas miedo Danna, estás con amigas". Tiró suavemente de mi mano, jalándome hacia el centro de la cama, colocándome de rodillas.
Amanda también se puso de rodillas sobre la cama, atrás de mí, comenzando a pasar sus manos por mi hombros, como tratando de tranquilizarme. Estaba demasiado tensa como para relajarme en ese momento, no quería relajarme, quería huir, pero era claro que ellas no me dejarían hasta que comience a seguirles el juego.
Sara también estaba de rodillas sobre la cama, frente a mí, acomodándome el cabello del rostro con esta sonrisa morbosa que me intimidaba. Pasó su mano por mi mejillas, bajando hasta mi mentón. Con dos de sus dedos alzó ligeramente mi rostro temeroso, mirándome directamente a los ojos.
-No te pasará nada - dijo Sara mientras acariciaba mi cuello con su otra mano.
-Solo relájate corazón - dijo Amanda, casi susurrándome.
Por más que ellas intentaban tranquilizarme, no lo lograban. Era un momento que jamás antes había experimentado, no sabía como reaccionar o que decir.
Cuando se dieron cuenta que era inútil tranquilizarme, hicieron de lado mi temor y comenzaron a tocarme de manera provocativa. Sara, que estaba frente a mí, colocó sus manos sobre mi cintura y las fue elevando lentamente por mi cuerpo. Amanda, por su parte, comenzó a pasar sus manos por mis muslos suavemente, tratado de despertar mi deseo sexual.
Entre más avanzaban, más crecía mi miedo. Mi piel pálida se enrojecía en mi rostro con cada tocamiento. Las manos morenas de Sara estaban a punto de llegar a mis pechos mientras que Amanda, una trigueña de infarto, pasaba sus manos por delante de mí, casi que abrazándome para poder llegar a la parte frontal de mi cuerpo.
Mi respiración se aceleró cuando sentí las manos de Sara sobre mis pechos, apretándolas suavemente, moviéndolas de arriba abajo como si fueran un par de melones. Amanda no paraba de meter sus manos por dentro de mi blusa holgada, tocado mi bajo estómago, como queriendo bajar mis jeans.
Entre más atrevidas se ponían más iba desesperándome, quería salir en serio, pero no tenía escapatoria. Ellas eran dos, aproximadamente de 1,70, mientras que yo soy una chica de apenas 1,58. Podían dominarme a su antojo, pero apara mi suerte, estaba apelando a su lado tierno y comprensible. Bueno... comprensible dentro de lo que cabe.
-Tienes que relajarte Danna, esto no será genial si estás tensa - dijo Sara mientras pasaba sus manos por detrás de mí para tocar un poco de mi trasero.
-Oye linda, te prometemos que te gustará - me dijo Amanda acercando sus labios a mi oído.
Sara y Amanda se miraron y sonrieron, luego dieron una pequeña risa (una risa malévola si me lo preguntan) y pasaron a desvestirme sin mi consentimiento. Claro, no es como que pongo mucha fuerza en evitar que lo hagan, pero no quería que se produzca un escándalo. Ya muchos problemas habían en mi vida.
Amanda, estando detrás de mí, me alzó la blusa rápidamente, haciéndome gemir. No eran gemidos de excitación, eran gemidos de resistencia, dando a entender que lo hacían en contra de mi voluntad, pero creo que a ellas les gustaba.
Sara, mientras Amanda me quitaba la blusa, me desabrochaba el pantalón mientras me los bajaba lentamente. Alcé los brazos, casi por obligación, para que Amanda pudiera quitarme la blusa con más facilidad, quedándome con un sostén azul con adornos de ositos, tratando de cubriéndolos con los antebrazos mientras bajaba mi mirada con pena. Ágilmente logró quitármela entre mis quejas mientras que Sara aun intentaba sacarme el pantalón.
Unos segundo intentando, y unos segundo sintiendo los labios lujuriosos de Amanda sobre mi cuello, Sara de hartó, dándose cuenta que no podría quitármelos por estar arrodillada, eso hizo que me agarrara por los hombros y me tirara sobre la cama con cierta fuerza. Tranquilos, no me hizo ningún daño.
Al caer sobre la cama, sentí como Sara tiraba de mi pantalón con brusquedad para quitármelo de una buena vez. Yo decía "no no no, por favor no" pero eso no impidió que me desnudaran. Al quitármelos, los tiró dejos, como desquitándose por hacer un sobre esfuerzo conmigo.
Estando semidesnuda, ellas se me quedan mirando con depravación mientras voy acurrucando mis pies para hacer que miren los menos posible, inútilmente.
Mis bragas eran rosadas con bordado de flores, algo que me avergonzaba pues ya estaba grande para usar esa clase de ropas.
-Mira lo inocente que es - dice Sara - ¿En serio crees que podían atraer a los hombres con esa cosas - refiriéndose a mi ropa interior.
-Aun te falta crecer mucho amiga, porque con eso ni las moscas atraerás - dijo Amanda con cierto sarcasmo.
-Claro amiga jajaja - rió Sara - pero a nosotras nos gusta lo que está debajo de esas prendas.
Sara se me acercó, tocándome los pies y subiendo lentamente, pasando por mi muslos, subiendo hasta mis bragas, pando por mi ombligo, arrastrando su manos entre mis pechos, aparentando mi cuello lentamente y pasando su pulgar por mis carnoso labios rosados.
Mientras Sara me manoseaba, Amanda iba desvistiéndose frente a mí. Veía como sus senos rebotan al quitarse la blusa apretada. Su abdomen perfecto con un pequeño piersing en el ombligo la hacía única. Si piel trigueña deslumbraba al quedarse en bragas, era como una modelo, o al menos a mí me lo parecía. Mi inexperiencia viendo chicas desnudas hacía que me impresione con facilidad.
-Aun eres una niña Danna, una inocente niña - dice Sara mientras mira con lujuria mi cara de espanto.
Sara gira su mirada hacia Amanda, quien ya está semidesnuda y acercándose a mí, como cuando un tigre asecha a su presa para casarla. Luego regresa a mirarme con morbo, se arrodilla a mi costado, y comienza a desvestirse rápida y sensualmente.
La piel moreda de Sara también era deslumbrante, al igual que Amanda. Era sexi ver como se desvestía, pareciera que ella sabía como atraer la atención de una chica. Supongo de que después de años de experiencia aprendió a como seducirla.
Al terminar de desnudarse, se acostó a mi costado al igual que Amanda, las dos miran mi cuerpo temeroso y casi en posición fetal. La ropa interior de ellas dos era sexi, casi parecía lencería de alguna tienda cara. Sus pechos estaban chocando con mis hombros mientras que lentamente ellas iban llevando sus manos hacia mi cuerpo.
-Pues esta chica tampoco se queda atrás - dice Sara.
-Mira esos pechos, ya son de mujer - dice Amanda.
-No se como pasó desapercibida en la universidad, también tiende lo suyo - Sara.
-Sin duda, para ser pequeña se defiende bien.
Sus manos tocaban mi cuerpo con suavidad, deslizándose sutilmente a lo largo de este. Sentí pequeños cosquilleos cuando lo hacían, mi respiración acelerada hacía que mi pecho se inflen, haciendo que mis senos se vean más grandes, atrayendo la mirada de las dos.
Sus manos mañosas, junto con las pequeñas carcajadas que daban cuando daba pequeñas quejas de inquietud, alimentaban su morbo. Mi intranquilidad les gustaba, era como si disfrutaran de sexo sin consentimiento, era realmente atemorizante toda la situación.
Sara empezó a pasar la palma de su mano por mi coño, por encima de mis bragas rosadas rosadas, mientras que Amanda intentaba sacar mis a través de mi escote, bajando mi sostén. Intentaba cerras mis piernas cuando Sara tenía su mano en mi coño, pero aun así lograba pasar su mano descaradamente con esa sonrisa pervertida. No podía quitar su mano por estarme cubriendo mis pechos.
Amanda, por su lado, era más tranquila y delicada conmigo, pero aun así estaba decidida a bajar le sostén en contra de mi voluntad. Se supone que esto debe de ser algo sensual para todas, pero al parecer, era sensual solo para ellas.
-Parece que se resiste a nuestros encantos - le dice Sara a Amanda.
-Así parece - responde Amanda - creo que es hora de que sepa lo que es una mujer de verdad.
En eso, Sara me coge del mentón y alza mi cabeza para mirarla directamente a los ojos, y dice "muñeca, necesitas abrir tu mente, y yo seré quien te la abra" y acerca su rosto al mío lentamente, besándome. Primero me dio un beso de labios, tierno, casi un poco romántico. Luego, empezó a meter su lengua en mi boca, convirtiendo el beso en un morreo lésbico que jamás antes había hecho.
Mientras me besaba con Sara, Amanda fue bajando por mi cuello, dándome pequeños besos consecutivos que me daban una pequeña sensación de placer. Pasó sus besos por en medio de mis pechos, luego por debajo de estos, pasó por mi estómago, hasta llegar a en medio de mis piernas.
Sara metía su lengua en mí mientras tocaba mis pechos a través del sostén, pero no por mucho pues metió su mano y empezó a piñizcar uno de mis pezones. Ella mordía mis labios con delicadeza mientras que sentía como sus pechos cocaban con mi hombro. Enorme pechos morenos.
Amanda trasladó todo su cuerpo hacia abajo, entre mis piernas, y me fue quitando las bragas rosadas lentamente. A pesar de que intentaba cerrar las piernas para que no lo lograra, me entretuve mucho con Sara y sus deliciosos besos que poco a poco me iban gustando.
Puso su cara entre mis piernas y tiró de mi braga por los costado, subiéndola entre mis piernas mientras besaba mis muslos. Me dejé llevar tanto por los besos de Sara que dejé de sentir a Amanda jugando entre mis piernas, hasta que sentí su lengua chocar en mi clítoris, sin previo aviso, sin consultármelo. Inmediatamente, dejé de besar a Sara y giré mi cara para ver que estaba haciendo. Al verlo, traté de quitar su cara de mi coño con mi mano mientras intentaba cerrar mis piernas.
-¡Quieta niña! - me dice Sara mientras me coge las muñecas con fuerza y las coloca contra la cama, dejando sus tetas sobre mi cara.
Amanda, con su fuerza bruta, me abrió aun más las piernas para evitar que las cierre mientras pasaba su lengua por todo mi coño descaradamente, mientras se reía. Yo decía "por favor para" apelando a su lado sensible para que entendieran que no quería seguir con eso.
Mis quejas no ayudaron en nada pues solo las motivaba para seguir con el juego perverso, aun que poco a poco me dejaban vencer pues empezaba a cansarme de luchar para que me dejen tranquila.
Amanda seguía con su lengua en mi coño mientras solo cerraba los ojos y rogaba para que todo termine de una vez, y como siempre no podía estar más equivocada. Sara hizo un movimiento asombroso para poder quitarse el sostén, poniendo una de sus rodillas sobre mi brazo para evitar que lo moviera, mientras que aun me tenía agarra la otra mano. Con la mano que tenía libre pudo sacarse el sostén, dejando que caiga en mi cara, luego lo quitó y volvió a agarras mis muñecas, dejando caer sus pechos sobre mi rostro.
-Vamos niña, chúpalas - dijo mientras movía sus pechos de izquierda a derecha para que rocen con mis labios.
Tenía las tetas negras de Sara sobre mi cara, moviéndose y sintiendo sus pezones rosar con mis labios. Trataba de girar mi cara para evitar tocarlos con mi rostro, pero era inútil pues a donde me movía ella me los ponía con esa sonrisita pervertida.
-Si los chupas te dejaremos en paz - dijo Amanda con una pequeña risa.
Las dos se quedaron mudas, esperando mi respuesta. Aun que se escuchaba tentador la propuesta que me hizo, algo tenía de mentira. Era obvio que no me dejarían en paz por completo, pero al menos me tratarían con más delicadeza, y eso ya era mucho sabiendo que ellas me podrían haber hecho daño.
Alcé mi rostro lentamente y miré a Sara directo a los ojos. Pude ver esa cara maliciosa, con deseo de más, era como si la lujuria hubiera encarnado en una hermosa mujer morena con enormes tetas. No quise hacerla más larga, así que empecé a abrir la boca ligeramente mientras Sara se iba inclinando más para que una de sus tetas entre en mi boca.
Al lograr meter su pezón en entre mis labios, Sara dice "usa tu lengua" con un poco de dominio entre sus palabras. Hice caso e empecé a pasar mi legua en la puntita de su pezón, empapándolo torpemente con mi baba.
-Me gusta que estés cooperando - dijo Sara mientras se mordía los labios.
Amanda rio un poco y continuó lamiendo mi coño. Poco a poco fue usando sus dedos para empezar a circular mi clítoris lentamente, eso hacía que de pequeños gemidos mientras me amanto con las enorme tetas de Sara.
A medida que le ponía más esfuerzo en chupar las tetas de Sara, ella me iba soltando las muñecas poco a poco, llenado sus manos a los costados de mi cabeza. Yo solo hacía lo que ella me decía pues, después de la promesa que me hicieron, empecé a cooperar más con la esperanza en que cumplieran.
Llevo un momento en que sara puso sus manos al rededor de mi cara, con una de sus manos sobándome el rostro, y me empezó a dar instrucciones de como hacerlo.
-Así, usa más la lengua linda - me decía con cierta ternura - ahora chupa, como si fueras un niña amamantándose.
Sus brazos lentamente fueron rodeando la cintura de Sara, mientras que Amanda no dejaba de chuparme el coño con ímpetu. Mis pequeños gemidos ya no eran tan pequeños después de un rato. Empezaba a sentir el placer de esto, mi cuerpo de movía de formas extras por el placer, haciendo que Amanda y Sara se den cuenta que lo empezaba a disfrutar, justo como ellas querían.
Mi cuerpo se retorcía de placer al sentir la lengua de Amanda bailando entre mis labios, las enorme tetas de Sara hacían que mi boca babeara con sus pezones rozando mi lengua. Todo iba perfecto, hasta que repentinamente dejé de sentir la lengua de Amanda, mientras que Sara me quitaba sus tetas de mi boca. Sentí un brusco movimiento en la cama, sentí como algo se ponía encima de mí.
Cuando abrí los ojos, ya que estaban cerrado cuando lamía las tetas de Sara, vi como Amanda se colocaba encima de mí bruscamente.
-Es hora de que trajes niña - dijo Amanda mientras trataba de color su pelvis en mi rostro.
Yo intenté hacerla a un lado, pero Sara me volvió a coger de las muñecas para que no forcejee con Amanda. Ella logó poner su coño encima de mi rostro, y al igual que las tetas de Sara, movía mi cara de un lado a otro para evitar que mis labios choque con este.
Amanda intentaba sentarse sobre mí, pero no lo lograba por mis constantes empujadas y mis movimientos bruscos. Sara casi no me podía controlar pues, tal era mi desesperación, que me volvía mas ágil que ellas. Amanda se dio cuenta de eso, y con tal de controlarme, bajó un poco su pelvis, poniéndola en mi cuello, y me agarró la cara con una mano, apretando mis mejillas.
-¡Coopera si quieres que te dejemos tranquila! - gritó mientras me trataba de controlar.
Ese grito hizo que para en seco con mis forcejeos, hizo que me quedara perpleja por el gran susto que me llevé en ese momento.
-Si quieres que esto termina ya, tienes que cooperar - me dijo Amanda con el ceño fruncido - ¿o acaso quieres que continuemos toda la tarde?
Solo me la quedé mirando a los ojos con el miedo más profundo de mi vida.
-Yo no tengo nada que hacer - dijo Amanda - ¿Y tú Sara tienes algo que hacer?
-Para nada linda - respondió Sara - tengo toda la tarde libre.
-Lo ves cielo - me dijo Amanda - podemos estar toda la tarde aquí, o podemos terminar esto de una vez. Anda - dijo con ternura empoderada - saca esa lengua niña.
Mi corazón latía a mil por hora, realmente lo que me dijo me asustó mucho, no quería pasar más tiempo ahí. Solo me quedaba ceder a sus pedidos. Así que, lentamente Amanda fue subiendo su pelvis a mi cara, mientras Sara aun me tenía de las muñecas. Una vez se posicionó, fue sentándose lentamente, colocando su coño justo a la altura de mi boca. No se que en momento se quitó el calzón.
-Vamos linda, quiero ver esa lengua - dijo Amanda.
Entre abrí mi boca y saqué mi lengua lo más que pude, cerrando mis ojos para no pensar en nada mientras los labios de Amanda se colocaban de mi lengua. Súbitamente sentí su coño en mi boca, haciendo que me estremezca un poco sobre la cama.
Amanda comenzó a mover su pelvi lentamente en círculos, haciendo que mi lengua se roce con su coño que, poco a poco, se iba llenando de mi baba. Era impresionante la cantidad de flujo que ella botaba, casi hacía innecesaria mi baba en ese momento.
Abrí un poco mis ojos para ver como era la perspectiva, logrando ver como Amanda cerraba su ojos y colocaba las manos sobre la cabecera de la cama para tener un mejor equilibrio y así facilitarse con los movimientos. De la nada, empecé a escuchar sus pequeños gemidos mientras veía como comenzaba a tocarse los pechos de forma sensual, quizás imaginando que alguien más se los toca.
-¡Pero que rico mami! - dice Sara desde atrás con una risa.
Lentamente Sara fue soltando mis muñecas. Me las soltó del todo cuando se dio cuenta que estaba cooperando.
-Así me gustan, sumisas y temerosas - dijo Amanda mientras pasaba una de sus mano por mi rostro.
Sentí como Sara me abría las piernas y daba un escupitajo sobre mi coño, eso hizo que intente cerrar mis piernas, pero ella las abrió mientras decía "no me las cierres niña". Sentí una pendra caer sobre mi estómago, una prenda pequeña (supongo que sería el calzón de Sara) y pasé a sentí como algo se metía entre mis piernas. Algo grande.
Como tenía libre mis manos, pude sentir la pierna de Sara reposar sobre mi estómago. Eso significaba que era Sara quien se había puesto ente mis piernas. Eso hizo que me asuste un poco.
-Tranquila - dijo Sara - te va gustar jajaja.
Amanda, quien comenzaba a moverse con más libertar sobre mi boca, le siguió la risa a Sara. Unos segundos después, sentí algo húmedo colocarse sobre mi coño, no podía distinguir que era, hasta que Sara agarró mi muslo izquierdo y comenzó a moverse de atrás para delante. Ahí supe que Sara había juntado nuestros coño para poder rosarse.
Sara empezó a mover si pelvis de atrás hacia delante, haciendo que nuestros coños humedecidos se roncen entre si, haciendo gemir a Sara, haciéndome gemir a mí.
Tenía a mis dos amigas cabalgando mi cuerpo, ultrajándolo a su antojo, tratándome como un pedazo de carne. Me sentía mal, pero a la vez sentía el placer gracias a los movimientos de Sara, era realmente confuso, se supone que esto de le debe de gusta a una chica como yo ¿o sí?
-Escucha como le gusta jajaja - decía Sara.
-Este niña se convierte en mujer - decía Amanda.
Mientras me cogían, iban riendo y gimiendo al compás de sus movimientos. Sentía como el flujo de Amanda mojaba mis labios, sentía como Sara iba llenando mi coño son flujo, haciendo que nuestros coños resbalen, sintiéndose delicioso.
Sara y Amanda continuaron por un buen rato. Empezaron a acelerar sus roces, haciendo que giman, no, que gimiéramos más, apresurando el momento del clímax. Ya estábamos muy empapadas, pero esto no era nada comparado con lo que se venía.
-Ahhhh me voy a venir - gritó Sara.
-Yo también ahhh - dijo Amanda.
-No pares bebé, sigue sigue sigue - dice Sara mientras nuestros coños rozaban entre si.
Yo gemía con fuerza por la brusquedad de Sara, el flujo hacía que nuestros coños resbalen y facilidad. Amanda rosaba su coño con mi lengua con mucha facilidad también, era la coreografía perfecta.
Continuaron así por un buen rato, hasta que llegó su momento de gloria. Se vinieron juntos. Amanda se vino sobre mi lengua, mojando mi mentón y parte de mis mejillas. Sentí templar todo su cuerpo por el orgasmos que tuvo, mientras escuchaba su jadeo constante.
Sara se vino sobre mi coño, empapando parte de mi bajo estómago, y también parte de mis nalgas, incluso un poco de su flujo resbaló entre mis dos nalgas. Su una sensación rara, inexplicable sería la palabra. Y al igual que Amanda, escuché sus jadeo constante.
Amanda se fue acostando lentamente a mi costado, con una pequeña sonrisita y una gotas de sudor sobre su frente. Amanda se fue echando hacia atrás lentamente, casi aplastando mi pierna. Al igual que Amanda tenía una pequeña sonrisa en su rostro.
Se quedaron observando el techo por un rato, un pequeño rato, luego se miraron y se rieron entre sí. Empezaron a pasar sus manos por mi cuerpo sudoroso y empapado de sus flujos, aun caliente por el buen seco de hace un rato. Luego se levantaron sobre la cama, desnudad y también sudorosas.
-¿No vamos a bañar? - pregunta Sara.
-Claro - dice Amanda, luego pasa a mirarme estando aun acostada en la cama - deberían acompañarnos.
Se levantaron juntas y se fueron al baño juntas, desnudas. Sara se metió al baño mientras que Amanda se quedó en la entra, colocó su mano en el marco de la puerta, regresó a mirar con una pequeña sonrisa y preguntó "¿Vendrás?"
Yo me quedé mirándola con miedo, casi cubriéndome con las sábanas. Me sentía sucia, confundida, estaba alterada por todo, no sabía que hacer. Lo que si sabía, es que no quería meterme al baño con ellas.
Haz una segunda parte pls
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